viernes, 13 de enero de 2012

Retiro Artístico



Viajero en París



Al ponerme en la piel de un viajero low cost he descubierto que aunque en principio las empresas te prometen las mismas calidades pero con un precio más barato, en realidad lo que se hace es también reducir la calidad de estos servicios o productos.
Por este motivo, mi viaje a París que era de tres días realmente quedó reducido a uno para poder conocer esta ciudad.
El día en que llegué a París desde Madrid, la salida desde aquí estaba programada hacia el mediodía y la llegada a media tarde. Pero cuando vuelas con compañías de bajo coste, los aeropuertos suelen estar retirados de las ciudades, de modo que tras el vuelo y una hora y pico de autobús , finalmente llegué a la ciudad de París sobre las 7 y media. Mi entrada en París fue por el oeste y mi "hotel" para dormir se encontraba en el otro extremo de la ciudad. De modo que ese sólo pude ir a ver el arco del triunfo, antes de cruzarme la ciudad y conocer el metro por el camino. Después de llegar, tras el día de viaje y presuponiendo lo que me esperaba el día después, salí a conocer los alrededores del hotel y a cenar algo y ahí terminó el día.
El día siguiente comenzó a las 7 y media de la mañana, hora de despertarse y esas cosas y bajar a desayunar. A continuación empezaría realmente mi experiencia low cost. Me metí en el metro y al estar a las afueras (lo que en Madrid es más o menos la M-30) no tuve muchos problemas para entrar pero al cambiar de linea de metro descubrí lo que es entrar por la fuerza literalmente en el metro. Después de pasar por esa experiencia no muy agradable para mi gusto, comencé a recorrer la ciudad viendo lo que consideré más relevante, y por qué no decirlo también lo que estaba a mi alcance en el tiempo que tenía, porque de haber tenido más tiempo por supuesto mi radio de visita hubiese sido mucho más amplio y éstas habrían sido mucho más en profundidad. Mis movimientos para ir de un lado a otro fueron tanto en metro como a pie, ya que este último creo que es el mejor medio para conocer también una ciudad. Lo bueno del metro Parisino, es que tiene algunas líneas que no son subterráneas lo que te permite tener también un perspectiva no tan conocida. El sistema de bicicletas, aunque había muchos puntos de ellas repartidos por la ciudad, la verdad es que creo que no funcionaba demasiado bien, no había donde consultar como se utilizaban y sin tiempo para investigarlo lo descarté.
Durante la mañana fui conociendo París de oeste a este, quedándome en la zona de Dotre Dame y del barrio latino para comer a la hora de mediodía y aprovechando que el día se empezaba a poner feo. Mientras comía comenzó a llover y cuando salí, enfundada en un buen chaquetón con corro, bufanda y paraguas en mano, seguí mi ruta de reconocimiento de París hasta llegar a la zona oeste. Cuando la temperatura empezó a descender demasiado, el frío era insufrible y los pies ya no daban para más comenzó mi regreso al lugar de descanso. Y tras entrar un poco en calor y descansar media horita, fue la hora de ir a un centro comercial cercano para comprar la cena de esa noche y la comida del día siguiente.
Y ese día comenzó más o menos a la hora del anterior, porque debía recoger, desayunar y de nuevo cruzar la ciudad para coger el autobús que tras una hora larga me dejaría en el aeropuerto donde debía coger el avión de vuelta.





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